Conocí a una persona con sexo de sirena. No bastó el agua para saciar la sed, ni bastó el pan para saciar el hambre. Tampoco las estrellas para iluminar la noche, ni todas las hojas rojas para cubrir el otoño. Conocí a un ser hecho de lágrimas de nieve y olor salado. Hecho de piel. Hecho de alma. Hecho de cantos antiguos a miedos nuevos, nuevos cantos para arcaicos sufrimientos. Conocí a una persona con sexo de sirena que me enseñó a no olvidar de dónde vengo.
Escrito por mi tribu urbana a las 24 de Junio 2009 a las 11:59 AMque fome
Escrito por feña a las 8 de Septiembre 2009 a las 09:19 PM