Hoy necesito que me estreches en tus brazos,
amor mío, pues ni la brisa del mar,
ni el rocío de la noche,
ni el rumor de las olas,
ni la caricia del sol
tienen la dulzura de tus brazos.
Hoy necesito que me estreches en tus brazos,
amor mío.
Estréchame tiernamente, bésame,
toca mi piel ansiosa de tus brazos
antes de que el sol desaparezca sobre el mar,
porque ni el sol, ni el cielo, ni la tierra, ni el mar
tienen la dulzura de tus brazos.
Hoy necesito que me estreches en tus brazos.