mi tribu urbana

LOS HIJOS...

Los hijos absorben tiempo. Ahí reside el problema... Los hijos ocupan mucho tiempo.
Requiere media hora a dar de desayunar a un niño. Media hora bañarle y vestirle.
Media hora limpiar y ordenar lo que a ensuciado y desordenado.
Hace falta media hora para sentarse con un crío de cuatro años para armar un rompecabezas por primera vez.
Hace falta media hora para leerle una lección a una criatura de seis años.
Hace falta media hora para enseñar historia a un adolescente.
Hacen falta veinte minutos para compartir una soda con un adolescente
Hace falta un cuarto de hora, seis veces al día, para convencer a un chico que decida ponerte a prueba.
Hacen falta quince minutos para escuchar las oraciones de cada hijo.
Es fácil comprender porque tal vez tengamos un problema. Todas estas cosas que debemos hacer por nuestros hijos están reñidas con todo lo que la sociedad o nosotros mismos nos impone hacer en otra parte...
Para mí la guerra acabó bruscamente cuando me di cuenta que no tenía. Porque ser una de esas personas que las revistas con tanta sutileza, insisten en que sea. No tenía que ser una ama de casa o envidiable cocinera...No tenía que ser una de esas mujeres que la escuela y los medios de comunicación dicen que son tan importantes: Las involucradas en la política, la campeona de las oprimidas o incluso la anfitriona innovadora.
Si Dios nos ha llamado a ser madres, analicemos todas las actividades que tanto dificultan que disfrutemos de nuestros hijos. A todas aquellas que dicen "Pero la sociedad me necesita. No puedo quedarme sentada y no aportar lo que me corresponda",
Yo les diría "Dediquemos a nuestros hijos el tiempo necesario y ayudémosles a crecer como personas seguras". Añadiremos a la sociedad una carga mayor, que nunca podremos compensar con toda nuestra participación, si no dedicamos tiempo a la educación de nuestros hijos, ayudándoles a sentirse seguros como personas...