Diciembre...
A medida que se acercaba su llegada me fuí poniendo raro y hoy ya estamos en diciembre. El año pasado no quería que llegara el fin de año, esta vez me da lo mismo. Ya cuando empecé a ver los adornos de navidad y esas cosas, me ponen raro, melancolico y pensativo diría yo.
Tradicionalmente en mi casa en Bahia Blanca, allá en mi lejana Argentina, armámos el árbol el día 8, hoy no tengo arbol que adornar. No se si algun día tendré ganas de armarlo nuevamente.
Despues que se empezaron a marchar seres queridos, uno se siente vacio, en la mesa falta gente que amamos, así fueron nuestras navidades y obviamente el año nuevo no fueron para nada felices, diría que mas bien quiero que pasen rapido esas fechas.
Y estoy convencido que pasará un tiempo antes que me reconcilie con la fecha, que pueda sentir que son momentos agradables otra vez.
Este año tengo que sumarle a ello que mi famila esta muy lejos. Y yo debo estar aquí, apuntalandola desde el otro lado del mundo. Y eso desgasta. Por lo mismo he andado un poco sensible, sumado a mis horarios de trabajo etc.
Este ha sido un año difícil. Diría rarísimo. Tuvo cosas buenas, claro. Pero ha sido definitivamente el año más cargado de emociones que he tenido;el acostumbrarse a la ausencia de seres queridos,la relación de amor a la distancia con mi esposa, el miedo a la enfermedad y estar solo, sentirme desechable para una gran parte de mi gente ( llamese hermanas, sobrinos )
pero también ha tenido sus recompensas al final. Y eso ha sido lo mejor.( saber que allá están mis dos hijas y mi mujer apoyandome) Hermosas y gratas compensaciones que me hacen sentir bien, que puedo ser de verdad importante para mucha gente.
Supongo que todas estas eran situaciones que tenía que vivir y me hicieron ver lo que tanto espero tener, que esta tranquilidad siga acompañándome y dándome esa paz definitiva que busco. Lo mejor de todo es que ante las situaciones difíciles, me ví como el hombre que soy y cómo soy capaz de levantarme ante las caídas que siguen viniendo. Algunas veces me tropiezo solo, otras me empujan... pero siempre, siempre, me levanto. Al menos eso me confirma que se puede y que me paro para luchar con más fuerza que antes... Supongo entonces, que una vez que pasen las fiestas estaré mejor y muy sólido otra vez.