La vida es una línea zigzagueante entre el dolor y la felicidad.
Vivimos de recuerdos y soñamos nostalgias. Vivimos entre miedos, riesgos y dudas.
El miedo más grande de las personas es el "miedo a la felicidad", porque no
saben como ser felices. Tenemos herida el alma y tanto miedo de volver a
sufrir y a la vez miedo a ser felices de verdad...
Arriesgarse es riesgo y riesgo es la posibilidad de volver a sufrir.
La vida es contradicción porque nosotros somos contradicción.
Es desde el dolor que se aprende y nace la verdadera fuerza.
El sufrimiento te endurece la piel. A los fuertes les engrandece el alma y a los débiles se las marchita.
Esto separa a los valientes de los cobardes. Están quienes van por la vida intentando ser felices, arriesgándose y jugándose por lo que sienten, puede que ganen o pierdan, pero no viven de arrepentimientos. Después existen los motivados totalmente por los miedos y las dudas, quienes se paralizan y se cohíben. Por lo general "quien no sabe lo que busca no entiende lo que encuentra" Y existen aquellos, que heridos, se transforman en símiles de quienes los lastimaron. Por ultimo están los resentidos que dejan de vivir su vida y se impiden ser felices, viven de rencores y gozando con el dolor ajeno.
Un sabio dijo "quien se convierte en bestia se alivia del dolor de ser humano"
Solo pedimos amor y al obtenerlo dudamos, imaginamos obstáculos y titubeamos en entregarnos.
Buscamos enemigos secretos cuando el enemigo más grande de una persona es uno mismo, sus miedos, temores y dudas. La ley de la vida nos dice que valoramos las cosas al perderlas. Muchas veces alejamos a quienes nos aman o a quienes pueden llegar a tocarnos el alma, nadie quiere ser vulnerable ante nadie, no nos abrimos y cada vez nos encerramos más en nosotros mismos.
Sabemos que tenemos corazón cuando un día juntamos sus pedazos del suelo.
Pero el sabio sabe que los sentimientos no duelen, duelen las personas. Nos
equivocamos una y mil veces, porque todo amor es inocente. Tenemos tantas
ganas y tanta necesidad de amar, que llegamos a ver el rostro del amor en
la pálida piel de un muerto. Tampoco existen personas equivocadas, solo
personas de las cuales podemos aprender. Cada experiencia nos hace ser
mejores personas. Es valido el ejemplo de "lo que debo hacer" como el de "lo
que NO debo hacer". Al final tarde o temprano las ilusiones se rompen en
pedazos y cuando esto sucede solo nos resta aprender que es inútil exigir
que se nos devuelva el amor que damos o pretender que cada sapo sea un
príncipe.
Cuando se encuentra el verdadero amor no es necesario exigir nada,
esa persona te entrega todo lo que mereces (y más), sin que lo pidas ni lo
exijas. Nadie dice que vivir sea fácil, cada día duele, porque vivimos
llenos de nada y hartos de todo. Nos encerramos en nosotros mismos para
evitar que nos lastimen y a veces no nos arriesgamos por miedo a perder lo
poco que tenemos, pero no vive el que no intenta vivir.
Si me lastiman, me hago más fuerte. Si me duele el corazón, es porque lo tengo acá en el pecho y está latiendo!!
Nadie me puede hacer sufrir a menos que yo se lo permita.
Si me la juego y pierdo, reconozco que tengo verdadero valor y encuentro la paz de haberlo intentado, la peor cicatriz es la de la duda.
Antes creía que la vida podía doler menos si intentaba vivirla, hoy creo que la vida vale demasiado para no intentar vivirla.
"Vivir... sólo cuesta vida"
Escrito por mi tribu urbana a las 10 de Abril 2007 a las 06:34 AM