21 de Marzo 2007
INMIGRANTES
Diario 16: 21-07-2000
Ismael Serrano : La ciudad es un mundo
Hubo una mujer que encontró a un hombre cansado y perdido que vagaba hambriento por esa carretera que viene de la playa y va a ninguna parte. La mujer no entendía sus palabras pero comprendió los gestos de su desaliento, el desamparo del que huye del hambre y la nada. Así que lo llevó a casa y allí lo atendió, lo lavó, le dio ropa y compartió su calma mientras él descansaba, soñando con las marejadas de su viaje. Aquella mujer le arrancó al extranjero una luz a su blanca sonrisa, una luz como el sol de esas tardes largas como una siesta de verano.
Pero pronto el rumor de esa historia llegó a oídos de las autoridades y los cuerpos de seguridad movilizaron la búsqueda de aquel inmigrante escondido bajo el techo amigo. ¿Qué ejemplo era aquel para la comunidad? Una mujer dando cobijo a un extraño, sin pedirle los papeles. Aquello no se podía consentir. Los jueces dictaron sentencia con rapidez y equidad, a ella una cuantiosa multa y a él la vuelta a su tierra.
Por fin todo volvió a la normalidad. Sobre la arena de una playa de Almería amanecieron los cuerpos sin vida de hombres que huían del sur. Restos de pateras y espejismos. En El Ejido ardían las casas de los trabajadores inmigrantes. Un magrebí moría al norte, en Barcelona, apaleado. En Lavapiés, Madrid, las sienes y el alma de los adolescentes marroquíes se queman con el pegamento que entra por sus narices. Y el PP, para garantizar nuestro bienestar, planea una Ley de Extranjería anticonstitucional, acorralando más aún al extranjero, al que viene a quitarnos lo nuestro. Al que sueña con vidas mejores.
Y aún así, hay gente que no entiende qué argumento, qué papeles son necesarios para explicar el deseo de buscar nuevos horizontes para dar manos y esperanzas a una familia. Hay gente que no escarmienta.
