En Buenos Aires brilla el sol y un par de pibes, en la esquina, inventan una solución.
En Buenos Aires todo vuela, la alegría, la anarquía, la bondad, la desesperación.
Y Buenos Aires es un bicho que camina, ensortijado entre los sueños y la confusión.
En Buenos Aires descubrí que el día hace la guerra, la noche el amor.
En Buenos Aires leo, fumo, toco el piano y me emborracho solo en una habitación.
En Buenos Aires casi todo ya ha pasado de generación en degeneración.
Y Buenos Aires come todo lo que encuentra como todo buen Narciso, nadie como yo.
Pero el espejo le devuelve una mirada de misterio, de terror y de fascinación.
Buenos Aires, Buenos Aires, Buenos Aires para vos.
En Buenos Aires toca Charly en un boliche, el Planetario, es alto y voluptuoso.
En Buenos Aires llega un punto en que ya nada vale nada y todo vale nada.
En Buenos Aires nos acechan los fantasmas del pasado y cada tango es una confesión.
Cuando en el mundo ya no quede nada, en Buenos Aires la imaginación es una playa macedónica tan cierta y tan absurda.
Viven Borges, Dios y el rock and roll.
En Buenos Aires viven muertos, muertos viven y no quiero más tanta resignación.
Yo quiero un barrio bien canalla, bien sutil y bien despierto, supersexy,
quiero una oración que nos ayude a descorrer el velo y que termine la desolación.
Buenos Aires, malos tiempos para hacerte una canción.
En Buenos Aires los amigos acarician y los enemigos tiran a matar.
En Buenos Aires, San Martín y Santa Evita montan una agencia de publicidad.
En Buenos Aires, la política... que falta de respeto, que atropello a la razón.
En Buenos Aires, el fantasma de la ópera camina solo por Constitución.
En Buenos Aires tengo más de lo que quiero pero lo que quiero nadie me lo da.
En Buenos Aires hay un Falcon pesadilla en el museo de cera de la atrocidad.
En Buenos Aires falta guita pero sobran corazones condenados a latir.
En Buenos Aires amanezco, resucito, me defiendo a gritos, quiero ser feliz.
En Buenos Aires cuando hablamos de la luna solo hay una: la del Luna Park.
En Buenos Aires he perdido mil batallas pero hay una guerra que pienso ganar.
Buenos Aires.
En Buenos Aires brilla el sol y un par de pibes, en la esquina, inventan una solución.
(cuando en el mundo ya no quede nada)
En Buenos Aires todo vuela, la alegría, la anarquía, la bondad, la desesperación.
Todas las noches sale el sol, todos los días vuelve el sol.
Joaquín Sabina