Una de las actitudes más necesarias en la vida es la capacidad de aceptación que nace del realismo.
Gracias a ella dejamos de estrellarnos contra los hechos y buscamos lo mejor con lo que somos y lo que tenemos.
Con aceptación cancelamos las exigencias del perfeccionismo y la pasividad del conformismo.
Nada mejor para amarnos y amar que aceptarnos y aceptar a los otros con una conciencia clara de dos realidades:
1. Nuestras limitaciones y las ajenas.
2. Nuestros valores y los de los demás.
Es un amor tolerante el que nos lleva a ser realistas sin dejar de luchar por mejorar día tras día.
La aceptación nada tiene que ver con la resignación que paraliza y anestesia a los pusilánimes.
Es más bien un paso de sabiduría hacia la superación: Es modelar el barro que se tiene hasta lograr una obra maestra.
Crece en realismo y gozarás de paz en tu alma y en tus relaciones.
Gonzalo Gallo González
Escrito por mi tribu urbana a las 17 de Agosto 2006 a las 11:02 AM