Respetar las opiniones de los demás es saber convivir. No es fácil, ya que para ser tolerantes debemos acallar el egoísmo y el orgullo. Pero es mediante el ejercicio diario de la tolerancia como logramos construir la hermandad y derribar los muros del odio y la injusticia.
El diccionario de la Real Academia define así esa valiosa virtud llamada tolerancia:
- "Tolerancia es soportar y aceptar al otro con la intención de entenderlo mejor. Sólo a partir de esa mejor comprensión se ordenan los conflictos de intereses y los derechos de los contrincantes."
Y podemos ir más allá de ésta definición y afirmar que la tolerancia nos mueve a aceptar al otro con amor, más que a soportarlo. Nos mueve a ponernos en su lugar, a valorar las diferencia y a dejar que el otro viva su vida sin manipularlo ni presionarlo. Y como toda virtud es recíproca, el otro también nos respeta y así logramos convivir en armonía.
No es fácil, pero es mejor amarnos que odiarnos y agredirnos.
La siguiente historia te hará entender mejor qué es la tolerancia.
VIVE COMO CREAS
Había una vez un matrimonio con un hijo de doce años y un burro. Decidieron viajar, trabajar y conocer el mundo. Así, se fueron los tres con su burro.
Al pasar por el primer pueblo, la gente comentaba:
- "¡Mirá ese chico mal educado! Él arriba del burro y los pobres padres llevándolo de las riendas".
Entonces, la mujer le dijo a su esposo:
- "No permitamos que la gente hable mal del niño.
El esposo bajó al niño y se subió él. Al llegar al segundo pueblo, la gente murmuraba:
- "¡Mirá qué sinvergüenza ese tipo! Deja que la criatura y la pobre mujer tiren del burro, mientras él va muy cómodo encima".
Entonces, tomaron la decisión de subir a la madre al burro, mientras el padre y el hijo tiraban de las riendas. Al pasar por el tercer pueblo, la gente comentaba:
- "¡Pobre hombre! Después de trabajar todo el día, debe llevar a la mujer sobre el burro. ¡Y pobre hijo! ¿qué le espera con esa madre?".
Se pusieron de acuerdo y decidieron subir al burro los tres para comenzar nuevamente su peregrinaje. Al llegar al pueblo siguiente, escucharon que los pobladores decían:
- "¡Son unas bestias! Más bestias que el burro que los lleva. Van a partirle la columna".
Por último, decidieron bajarse los tres y caminar junto al burro. Pero al pasar por el pueblo siguiente no podían creer lo que las voces decían sonrientes:
- "¡Mirá a esos tres idiotas! Caminan, cuando tienen un burro que podría llevarlos"
Moraleja:
Siempre te criticarán, hablarán mal de ti y será difícil que encuentres a alguien a quien le conformen tus actitudes. Entonces; ¡Vive como creas, haz lo que te dicte el corazón, lo que sientas y creas que es correcto, y sé feliz!